1x04 мaѕqυerade

Luke Shapiro
21 años // Semivampiro con sangre de demonio de la lujuria
Dueño del Bar Luxury y líder del Damon Underground
Bar Luxury Ft: Gael Martin
En ese punto, me alejé de Val, no era el momento de que descubriera aún nuestro parentesco. Luego me había volcado de lleno en el bar. En Halloween tenía pensado hacer una gran fiesta, dado que el Alcalde había fallecido y pensaba que no se celebraría el baile de máscaras, pero estaba claro que me equivocaba, ya que dicho evento, seguía en funcionamiento. Gael y yo estábamos haciendo inventario, con todo lo sucedido, era extraño que el negocio siguiera en pie, pero realmente, era una suerte tener el equipo de empleados que tenía, ya que cada uno era muy seductor a su manera. Aunque tal vez metiera a alguna chica más... Miré a Gael que terminaba de coger unas cajas y las colocó en su sitio. -Lamento haceret pasar por esto...-le dije medio sonriendo. -Pero eres más fuerte que un humano normal y eso hay que aprovecharlo...-le dije. -bueno tío es parte de mi trabajo así que no hay nada que lamentar-me respondió él. En dos segundos había ido al furgón, cogido dos cajas y vuelto con ellas. -Lo que me fascina de tí, es que tienes todas las características de un demonio de la lujuria, con la excepción de la lujuria...-le dije negando levemente con la cabeza. -Aunque me pregunto si mi influencia de lujuria te afectaría o no...-le dije mientras lo miraba pícaro. No sabía si le afectaría, pero lo que si tenía claro es que su presencia alentaba a mi parte demoniaca a querer alimentarse de su energía. -Creo recordar que nunca usé esa habilidad en tí...-reí mientras le guiñaba un ojo y seguía colocando cajas. -bueno y tampoco lo vas a intentar Luke, creo que por eso nos llevamos bien, ninguno usamos los poderes que tenemos con el otro... pero aunque lo intentaras sinceramente creo que no serviría para nada-me dijo él. Bueno, parte de razón tenía. -Sin embargo, eso no quita el hecho de que sienta curiosidad por si puedo alcanzarte con mi influencia o no...-le dije sonriendo pícaro. -muy bien tío ese palet de cajas ya esta listo, creo que venia algo mas ¿no es cierto?-dijo entonces. Negué lentamente. -Hoy no va a llegar nada más...-le dije. -El pedido al que te refieres avisó anoche de que llegaría con retraso... así que llegará muy posiblemente para la semana que viene, ya que dudo que llegue mañana...-le comenté. Me estiré un poco, para desentumecer mis músculos, aunque realmente no lo necesitara. -Creo que ahora me voy a poner una buena copa de sangre y luego voy a ver qué se cuece por la casa del alcalde...-le dije. -Te apuntas??-le pregunté mientras me dirigía a uno de los frigoríficos y sacaba una bolsa de sangre. Cogí una jarra y vertí el líquido escarlata en ella. Después, di un largo trago, bebiéndome la mitad del contenido. -También podríamos llamar a Dirdel...-mencioné. -Hace tiempo que se está escaqueando de venir por el bar... tú sabes algo??-murmuré, algo preocupado. Dirdel nunca había sido impuntual o descuidada en el trabajo, pero de unos dias para acá, apenas pasaba por el lugar. Y teniendo en cuenta que uno de sus "trabajos" era mantener vigilado a Gael... a saber... ángeles... siempre en las nubes XD

Shade Meyer
21 años // Humano con una octava parte de demonio de sombras
Camarero del bar Luxury. Mano derecha de Damon Underground
Casa Val Ft: Val Shapiro
Así pues, como los días anteriores, entré en su hogar y subí las escaleras, rumbo a su cuarto. -Hola Shade… pasa-me dijo cuando entré por el umbral de su habitación y mientras se sentaba en la cama. Me senté a su lado mientras la veía. Era tan hermosa. --¿Cómo estas?-me preguntó. Era una suerte que mi rostro no delatara mis emociones, aunque en el momento que ella me tocara, todo acabaría. Me encogi levemente de hombros. -No me quejo...-le dije. -Aunque Luke está algo irritable estos días...-le comenté. Seguro que agradecía el que hablara de otras cosas, además de la alimentación de la octava parte de su ser. -Ya sabes, el baile de máscaras, el bar...-le comenté. Le sonreí, aunque inutilmente, pues no podría apreciar el gesto. -Y tú? Cómo estás?-le pregunté con voz alegre. ¿Estaría Dan aquí? En realidad, ni lo sabía, ni me importaba... -Yo creo que me quejo demasiado-dijo ella luego de imitar mi gesto. -Creo que tengo demasiadas cosas en la cabeza... No es que soñar sea facil con todo ese revoltijo dentro de mi-añadió. -No importa, olvidalo... ya tienes demasiado con todo eso de Luke, para que aparte de ayudarme, te vuelvas terapeuta, lo siento-dijo entonces. Sonreí. -Tal vez estudie psicología, si es que algún día llego a tener una vida normal...-le comenté divertido. -Ya comiste... siento que ultimamente no te atiendo como debiera, tu estas aqui haciendome demasiados favores y yo lo unico que te doy soy molestias ¿quieres comer? o hacer otra cosa, puedes sentarte a ver televisión conmigo-reí a sus comentarios. -No te preocupes por mi, estoy bien...-le dije, en lo respecto a la comida. -Y tú no das molestias... soy perfectamente capaz de imaginarme lo que es el descontrol de tu parte demoniaca...-le dije mientras me sentaba a su lado, le tomaba de la mano y sonreía. -Y créeme... no es divertido...-murmuré. -No tienes que preocuparte por mi...-le dije tranquilamente. -Estoy dispuesto a ayudarte incondicionalmente-añadí. -Y creo que a tí te gusta mi compañia, me equivoco??-le pregunté. Lo sabía, la había puesto en un compromiso, pero me había salido solo. Me quedé mirando la televisión. Val se ponía bastante nerviosa con asuntos de índole sentimental, pero ella sabía que aunque no la mirara a los ojos, estaba esperando su respuesta. No obstante, antes de que me respondiera le di un consejo. -Deberías de empezar a tomar mi energía poco a poco, sin reprimirte-le dije. -Estaré bien...-añadí sin apartar la vista del aparato. -No te equivocas, a mi me agrada tu compañia... Tu entiendes muy facil las cosas que pasan por mi loca mente... Tiene mucho que ver con el hecho de que eres casi como yo, tienes una parte de demonio y pues eso, me hace sentir normal a tu lado-me respondió ella. Tras pasar algunos segundos murmuró. -Gracias por ayudarme... creo que nunca dejare de agradecerte-y entonces sentí su influencia en mi. Mi cuerpo se encorvó ligeramente y tuve que ahogar una exclamación de placer. Era confuso el hecho de que aún estando habituado a aquellas "prácticas", seguía reaccionando como la primera vez. Así, noté como su parte demoniaca me envolvía y se alimentaba de mi. Sin embargo, llegados a un punto, algo se arremolinó en torno a mi y ya no pude fingir más. Mi espalda se arqueó considerablemente, mientras una expresión de placer y asombro recorría mi rostro. Mi miembro reaccionó de inmediato y la ropa que tenía puesta me ardía. Me avalancé contra Val y comencé a besarle el cuello y el lóbulo de la oreja. Pasaba mi lengua por su piel y luego le soplaba en el mismo lugar. Con mis manos aprisioné sus muñecas, no de forma ruda, sino apasionada. Cada movimiento mío provocaba que la influencia de Val sobre mi aumentra exponencialmente. Había perdido la razón y no podía detenerme. Sin embargo, un recuerdo se abrió camino a través de todas las sensaciones que estaba viviendo. Era una voz, que aunque masculina, sonó muy clara a través de mi mente. -Hagas lo que hagas, no permitas que Val pierda su virginidad o perderá sus poderes...-resonó en mi cabeza. La situación en la que me lo había explicado me resultaba lejana en mis recuerdos, pero esa parte era muy nítida. Sacando fuerzas de donde no las tenía, detuve mi cuerpo en seco. Permanenciendo sobre Val, con sus muñecas aún en mis manos y mirándola fijamente a los ojos. ¿Qué reflejarían mis ojos? Deseo? Pasión? Confusión? Arrepentimiento? Lo cierto es que no lo sabía con certeza... ¿Y qué le decía yo ahora a ella?

Cassie Owen
25 años // Humana con habilidades
Arqueóloga, Buscatesoros y Cazadora. Miembro de la Orden de la Cruz Negra
Universidad Haven Ft: Amanda Davis
En la biblioteca pública de Haven no había encontrado gran cosa, pero tal vez, si pudiera encontrar algo en la biblioteca de la universidad. Es por ello que me dirigí hacia allí, aprovechando que muchas personas estarían ocupadas preparando el festejo en la casa del difunto alcalde. Mañana sería Halloween. Un curioso día para los cazadores, ya que los seres sobrenaturales, confiados, se dejaban ver más a menudo. Me había arriesgado a traer el cofre conmigo. Últimamente, el artefacto ejercía una atracción sobre mi, algo que supuse sería el demonio, tratando de salir. Por ello, no podía arriesgarme a dejar la caja sin protección. Era de agradecer que no fuera de un gran tamaño, pues la gente hubiera mirado raro a una chica que se paseaba por las calles con un gran objeto de madera, que a vista de todos, parecería muy pesado. No, el cofre tenía el tamaño aproximado de una cajita de música. Por ello, la llevaba en el bolso. Miré el pasillo por donde me encontraba. No había ni un alma... ese era el inconveniente de venir por la noche... si te perdías, no habría nadie a quien preguntar. Caminé por los pasillos sin rumbo fijo hasta que encontré una puerta que me llevó al exterior del edificio. El campus era bastante hermoso y estaba bien cuidado, algo que no se relacionaba con el estado de alguno de los edificios de allí. Bajé las escaleras hasta el parque que se extendía a lo largo y ancho de la zona y me giré para mirar el edificio que acababa de abandonar. -Parece que hoy no es mi día de suerte...-murmuré. Entonces, a la derecha del lugar, un destello plateado llamó mi atención. Parecía haber sido un rayo, pero no habían muchas nubes en el cielo. Entonces supuse que podría ser el flash de una cámara. Me dirigí hacia el lugar, esperando encontrar a quien preguntarle por la dirección de la biblioteca. Encontré a la misma chica rubia que había estado observando hacía algunos días, por la calle. Parecía sacarle fotos a algo de la lejanía. -Disculpa...-llamé su atención desde el lugar donde me encontraba. -Podrías indicarme dónde se encuentra la biblioteca de la universidad??le pregunté. Al acercarme a la chica, el cofre emitió un brillo dorado que se escapó de mi bolso y una extraña sensación de tristeza se apoderó de mi. Era como si extrañara de menos a alguien, pero no sabía a quién...