1x01 . can you keep a secret?

Cassie Owen
25 años // Humana con habilidades
Arqueóloga, Buscatesoros y Cazadora. Miembro de la Orden de la Cruz Negra
Muelle Ft: DISPONIBLE

Un agente del FBI muerto en los bosques de este pueblo, donde seres sobrenaturales conviven mediamante en paz. Muchos forasteros habían aparecido para enterarse de lo ocurrido. Yo también estaba curiosa, claro que si, pero yo sabía que el causante podría ser tanto un humano como un vampiro, licántropo... eran tantas las posibilidades cuando conoces los misterios del mundo... Por ello había decidido alargar mi estancia en el lugar. Cierto era que por norma general, esa convivencia podía llevarse a cabo, pero casos como el de ese agente del FBI me hacían sospechar aún.

Hoy había decidido dar una vuelta por el pueblo. El día estaba nublado, así que seguramente varios vampiros estarían paseando también. Por otro lado, la gente era muy cerrada en cuanto hacías más preguntas de las debidas. Así que no es que pudiera sacar mucha información legal de los habitantes del pueblo.

Andando y andando terminé paseando por el muelle. Sonreí con picardía mientras caminaba haciendo equilibrio por una pared. El equilibrio era una de mis ventajas. Me dejé caer al suelo y aterricé tranquilamente. El olor a mar inundó mis fosas nasales y el sonido de las gaviotas reboloteando alrededor de los barcos era una hermosa melodía. Un pesquero llegaba al muelle. Tal vez podría comprar algunos pescados frescos y llevárselos a Winston para que hiciera una rica cena. Mojé mis labios con mi lengua y me acerqué al lugar donde se acercaba el barco a atracar...

Shade Meyer
21 años // Humano con una octava parte de demonio de sombras
Camarero del bar Luxury. Mano derecha de Damon Underground
Calles Ft: Val Shapiro

Había seguido a Luke hasta este pueblo, donde seres de todas las clases convivían. Cual fue mi sorpresa cuando descubrí que Val también había decidido cambiar las calles de San Antonio por las de Haven. Pero como no... el perrito faldero de Dan también había venido. No me había dejado ver por ellos aún. Nos conocíamos si, pero aún Val no tenía consciencia de la existencia de un primo y mucho menos uno que compartía su naturaleza demoniaca. Además, también me estaba encargando de un chaval del muelle. Según los datos que manejábamos en el club, poseía sangre de demonio de fuego, pero no estábamos seguros aún de si él conocía tal hecho o no. Por ello también deambulaba por el muelle. Generalmente hacia el atardecer.

El tener toda la piel cubierta por ropa o un casco de moto con la visera negra era sospechoso, pero ir sin ello sería escandaloso. Al menos durante la noche podía ocultarme en las penumbras de las calles y "desaparecer" del ojo humano. Y eso de la noche me recordaba que hoy habría una fiesta en el bosque. Los jóvenes, tan impulsivos. Asesinan a un oficial del FBI y se dedican a hacer una fiesta en el mismo bosque donde encontraron su cuerpo. Suponía que si yo no perteneciera al Damon Underground también estaría excitado por esa idea, así que dejé el asunto.

Iba caminando por las calles, cubierto con una capucha negra que me ocultaba el rostro, cuando al ir a cruzar una esquina, alguien chocó conmigo. Una chica había sido el obstáculo en la acera, pero al observarla, me di cuenta que era Val. Una suerte que yo no pudiera sonrojarme, al menos, mientras alguien no estuviera tocándome. -Shade!!!-exclamó ella. ¿Por qué parecía tan feliz? Apenas tuve tiempo a elevar la comisura de los labios para sonreirle y saludarla cuando se lanzó hacia mi y rodeó mi cuello con sus brazos. Algo aquí no cuadraba... ella no era tan afectiva, no con Lola al acecho como decía ella. Mis sospechas se confirmaron cuando ella, casi inmediatamente después de abrazarme, se alejó y dio dos pasos hacia atrás. Cerró los ojos y pidió perdón. Yo chasqueé la lengua molesto. ¿Cuándo aprendería que matar de hambre a sus impulsos demoniacos no resolvería nada? No podría tener a su parte de demonio bajo control mucho tiempo si solamente se satisfacía con la lujuria de la batalla. Necesitaba auténtica lujuria. Y a mi no me importaría dársela, para ser sincero... Ella volvió a disculparse y luego me dijo. -Creo que me hace falta dormir-la verdad es que si. Tenía unas ojeras horribles y se veía agotada. -Y alimentarte de todas las formas...-añadí yo haciendo referencia a Lola. Ella parpadeó algunas veces. -No sabia que estuvieras aqui Shade-me dijo. Sonreí, aunque dudaba que ella viera el gesto. -Ya sabes como es todo el asunto...-le comenté, mintiéndole levemente. -Con todo el asunto del FBI y demás... tengo que informarme de lo ocurrido...-le dije. -Y qué hay de ti? Dejaste el trabajo en la policía de San Antonio??-le pregunté, aunque sabía que la respuesta era NO. -Te molesta si vamos a algún lugar a tomar un café??-le pregunté. Tal vez así podía enterarme de algo más de su vida. A Luke seguro que le agradaba conocer más a su prima y a mi definitivamente me atraía la idea de saber más sobre ella. Entonces caí en la cuenta de que aquello había sonado como una cita improvisada... ¿qué pensaría ella al respecto?

Era poco más del mediodía, por lo que el Luxury permanecía cerrado. Y yo en mi despacho, mirando unos papeles sobre la licencia del bar. En mi ordenador portátil se veía la foto de varias personas del pueblo. Un chico que trabaja en el muelle, mi prima Valerie, su acompañante Dan, Mitzrael, y algunos más.

Aún colgaba en la entrada de mi pub un cartel donde ofrecía un puesto de camarera en el lugar (el puesto de Lynne). Esperaba que esta noche llegara alguna chica que realmente mereciera la pena. Las que habían venido interesadas eran todas unas patosas o simplemente feas... y no, no podía permitirme el lujo de tener camareras con esas características en mi local. Ignoraba si alguno de mis empleados estaba por el lugar o no, ya que ellos tenían las llaves del lugar. En el caso de que Aisha necesitara sangre, o Gael quisiera tomarse algo. Yo seguí con el papeleo, realmente aburrido. Entonces recibí una llamada. -Diga??-murmuré cuando cogí el teléfono del despacho. Era Tessa. Al parecer en San Antonio los vampiros se estaban calmando y ya no atacaban tanto. Por otro lado, algunos demonios se habían marchado de la ciudad. Tessa intuía que podrían estar viniendo a Haven. Agradecí la llamada y la información.

Me recosté en la silla giratoria y me froté levemente los ojos. Una copa de sangre no me vendría nada mal... Así pues, me levanté y me dirigí hacia la zona lúdica del edificio. Una zona llena de luces y música que ahora estaba casi a oscuras, excluyendo la luminosidad proveniente de algunos de los frigoríficos, y en completo silencio. Abrí un refrigerador y saqué una bolsa de sangre. La dejé en la barra y cogí una gran jarra y vertí un poco de vodka negro en ella, para luego abrir la bolsa con el rojo líquido y vaciar su contenido también. Removí la mezcla y luego le di un trago al líquido, que ahora se mostraba de un rojo oscuro, similar al vino tinto. Tragué y sonreí. Realmente refrescante... El sonido de unos pasos me alertó, pero el aroma era conocido... Darian. -ahí estas, porque no me sorprende que tengas un fino trago en tus manos color escarlata?...-me dijo. Estaba sonriendo, apoyado en el marco de la entrada a la sala. Sonreí levemente y expandí la influencia del íncubo en mi interior, desatando mínimamente una pequeña lujuria, centrando mi atención a su segundo chackra, el relacionado con la sexualidad, absorbiendo parte de la energía de mi acompañante. -Puedo prepararte uno si así lo deseas...-le dije mientras empezaba a caminar hacia el frigorífico, dond estaba almacenada la sangre. -Aunque por tus ojos supongo que sed no tendrás...-le dije, como reprochándole un poco. -Dime que al menos no mataste a tu desayuno...-murmuré en un suspiro. Elevé entonces la mano. -Mejor no me respondas...-le dije. Lo miré y sonreí. Él seguía allí, en el marco de la puerta, alejado de mi, pero bajo la influencia de mi poder. -Ya pensé que habías encontrado a alguien mejor para pasar el tiempo libre...-le dije. Hacía días que no pasaba por el bar, y eso era raro en él. -Dime, algún plan para esta noche??-le pregunté mientras me mordía el labio.